El Bicentenario representa una oportunidad para todos, de cuestionarnos… de dónde venimos, en dónde estamos y hacia dónde vamos, como personas, como país, como ciudadanos, como trabajadores…y en el caso en concreto, es el momento oportuno para reflexionar cuál es la situación actual de las mujeres en este sector, que, hasta hace algunos años, no existía oportunidad para incursionar en el mismo.
Históricamente, todos conocemos que la participación de la mujer en la sociedad ha sido una constante lucha, no ha sido fácil incidir en los ámbitos educativos, laborales, que han estado siempre a disposición de los hombres, sin embargo, el liderazgo e ímpetu de diversas mujeres a lo largo de la historia, ha hecho que las brechas de desigualdad se vayan cerrando cada vez más y han abierto nuevas oportunidades para que podamos optar a estos espacios, que también nos pertenecen. En Guatemala según datos de ONU Mujeres, después de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, se crearon varios mecanismos para las mujeres, se promulgaron leyes (desarrollo integral de las mujeres, violencia intrafamiliar, violencia sexual, y trata y explotación, femicidio y otras formas de violencia); y se diseñaron políticas (Política Nacional para la Promoción y Desarrollo Integral de las mujeres – PNPDIM), todo esto con el fin de potenciar la equidad y brindar iguales oportunidades a mujeres y hombres. Actualmente según datos recabados, en el ámbito laboral, se contabilizó a 2 millones 622 mil 711 guatemaltecas activas en 2019. Esto según los datos recabados en la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos efectuada ese año, lo que pone de manifiesto también la importancia de la mujer para el desarrollo del país.
Respecto a un tema tan concreto y relevante como lo es la participación de la mujer en el sector marítimo-portuario, debemos partir, que la lucha de las mujeres por ocupar puestos de incidencia en el país ha sido histórica…y no digamos su participación en el ámbito portuario, ya que algunos años atrás hubiera sido inconcebible que una mujer anhelara incursionar en el ámbito portuario, estos eran temas y espacios destinados para los hombres. Sin embargo, hoy cada vez más mujeres tenemos la oportunidad de ir abriendo espacios en este sector, ya que se ha demostrado que nuestras aptitudes, capacidades y características han generado óptimos resultados y que nuestro liderazgo ha colaborado a potenciar el Sistema Portuario Nacional en diversos aspectos.
Mujeres y hombres deberíamos tener igualdad de oportunidades, ya que ambos tenemos algo en común y es que somos personas, sin obviar que nuestras diferencias, representan un baluarte significativo ya que, si pudiéramos aportar por igual las cualidades que poseemos en todos los ámbitos, construiríamos una sociedad más rica en recursos y con mayor diversidad.
Quisiera destacar, que a pesar de los avances históricos que se han presentado, a pesar de todos los obstáculos, salariales, sociales, políticos, entre otros que existen, la poca o nula participación de la mujer en los diversos ámbitos, pero específicamente en el portuario, se debe a que durante muchos años ha existido una competencia insana entre mujeres, la cual ha sido generada por el sistema patriarcal en el que aún vivimos, y que lamentablemente no hemos logrado cerrar.
Como consecuencia de la falta de oportunidades, que aún son evidentes en nuestra sociedad, diversas asociaciones, redes, grupos y entidades, tanto a nivel nacional, como internacional, han surgido para apoyar el empoderamiento de la mujer en el sector y promover valores que generen aporte integral al sector. Hoy podemos ver los frutos de este esfuerzo colectivo, en diversos niveles, WISTA International y su representación nacional con la Asociación WISTA Guatemala, de la cual soy miembro fundadora y presido y con la que buscamos generar incidencia en diversos ámbitos del sector, creando oportunidades para mujeres a través de la capacitación, generación de empleos, concientización, y visibilidad, entre otros; las alianzas entre mujeres que buscan crear oportunidades para otras mujeres, también se han visto representadas por la Red de Mujeres Marítimas y Portuarias de Centroamérica (REMPORT), coordinada por la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (COCATRAM), además la Red de Mujeres de Autoridades Marítimas de Latinoamérica (Red MAMLa) es otro de los ejemplos de apoyo al desarrollo integral de la mujer en este sector, el rol y el esfuerzo realizado por la Organización Marítima Internacional (OMI), todas estas organizaciones han surgido con una misma finalidad: aliarnos y unir nuestros esfuerzos, afianzar la hermandad marítima-portuaria entre nosotras, pero que debe encontrarse nutrida de valores para poder prosperar.
La importancia de la mujer portuaria a lo largo de la historia radica en que su esencia genera cambios y esto conlleva un aporte para el desarrollo del país. Las características que ella debe tener son pues, valores cimentados en sororidad, que nos enseña a dejar de pensar que las mujeres representan una competencia o amenaza para otras y promueve aún más valores como el apoyo, la empatía y la solidaridad entre todos. Una verdadera mujer portuaria, tiene como meta: generar un cambio en su entorno, trascender y dejar huella, pero una huella positiva, que inspire a otras a seguir sus pasos, en pro del desarrollo de nuestra Nación y además genere oportunidades y abra caminos para las siguientes generaciones. Cuando perdemos de vista estos valores tan importantes y que son lo que nos diferencia, perdemos la esencia de una verdadera mujer portuaria.
Y como siempre digo, solamente aliadas, llegaremos a buen puerto.