La región centroamericana se encuentra en las vísperas de conmemorar el aniversario número doscientos de su independencia de la corona española; razón por la cual, en el presente artículo el lector podrá encontrar un breve esbozo histórico referente a la integración centroamericana, así como la importancia y el quehacer de la instancia regional encargada de la promoción y fomento de los temas marítimos y portuarios así como algunos retos, desafíos y oportunidades del quehacer de la Autoridad Marítima Portuaria de El Salvador como la entidad encargada del fomento, supervisión y control de los temas marítimos y portuarios en el país.
A manera de esbozo histórico: la integración regional se inició como un proceso de unificación posterior a la independencia de España, lo que llevó a la creación de las Provincias Unidas de Centroamérica, esfuerzo que posteriormente se convertiría en la República Federal de Centroamérica en el año de 1824, teniendo por capital la ciudad de Nueva Guatemala de la Asunción[1]. En dicho período las diferencias políticas entre los “conservadores” quienes promulgaban por la continuidad de un sistema político monárquico y los “liberales”, quienes buscaban la conformación de una República, se volvieron cada vez más constantes.
Posterior a la disolución de la Federación y la conformación de Estados unitarios, el proceso integracionista se mantuvo sin avances significativos hasta 1951 con la conformación de la Organización de Estados Centroamericanos a través de la Carta de San Salvador; en ese momento, el proceso integracionista se centró en dos áreas: por una parte la integración política y por el otro la integración económica con el impulso del Mercado Común Centroamericano (Mercomún) a través de la suscripción en 1960 del Tratado Marco de Integración Económica Centroamericana.
Debido a la diferencia de enfoque, llegó a generarse una evolución disímil, tal como lo señala (Vizcarra, 2021) existían dos procesos, uno político bajo la coordinación de la ODECA, con sede en San Salvador, y otro económico diseñado en el Tratado General de Integración Económica, con sede en Guatemala, que llevaba una mayor velocidad, lo que provocó que el proceso de integración económica avanzara en la región, no sucediendo lo mismo con el proceso político de unificación que llegó a paralizarse.
Si bien la integración económica parecía ir a una velocidad mayor a la integración política, a causa de la guerra de Legítima Defensa entre El Salvador y Honduras, así como a otros conflictos internos de los países de la región durante la década de los 70, generó una considerable desaceleración de este proceso económico. Posteriormente, hasta la década de los años 90, postrero a la suscripción de los acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II[2], el 13 de diciembre de 1993 los países de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá suscriben el Protocolo de Tegucigalpa formando el actual Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Es así como bajo un análisis comparativo, el SICA busca imitar la separación de poderes tradicionales: Ejecutivo (Reunión de Presidentes), Legislativo (Parlamento Centroamericano), Judicial (Corte Centroamericana de Justicia). Luego de este breve resumen del desarrollo histórico del proceso de integración regional, actualmente el trabajo del SICA se basa en cinco pilares fundamentales, siendo estos: Seguridad democrática, Cambio climático y gestión integral del riesgo, Integración social, Integración económica y Fortalecimiento de la institucionalidad regional (SICA, 2021).
Es de hacer notar que desde la fundación del SICA, este se ha basado en priorizar el ámbito formal y la institucionalidad más que una integración centrada en las sociedades y en la persona humana de la región. Esta forma integracionista ha propiciado la creación de una gran cantidad de instancias, instituciones y secretarías dentro del Sistema, a manera de ejemplo se pueden mencionar las siguientes: Secretaría de Integración Social Centroamericana (Cisca), Secretaría de Integración Turística, (Sitca), Organización del Sector Pesquero y Acuícola (Ospesca), Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP), la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (Cocatram), etc.
Como parte de esta institucionalidad regional el 15 de julio de 1980 se creó la Cocatram, como uno de los organismos especializados del SICA, cuyo trabajo se basa en:
atender los asuntos relativos al desarrollo marítimo y portuario de Centroamérica y su función principal es asesorar al Consejo de Ministros de Transporte (Comitran) y a los Gobiernos miembros, en la adopción de políticas y decisiones, con miras a lograr un desarrollo armónico del sector, que satisfaga las necesidades del comercio exterior de los países en términos de calidad, economía y eficiencia de los servicios de transporte marítimo y portuario, que proteja y represente los intereses de la región ante intereses y organismos extraregionales. (Cocatram, 2021)
Es de mencionar que esta instancia especializada busca el fortalecimiento de las capacidades de las instituciones encargadas del fomento de los temas marítimos y portuarios de cada uno de los Estados miembros. Resulta lógico cuestionar el desempeño de cada uno de los Estados centroamericanos frente a sus vecinos en atención a buques. Con miras a brindar al lector esa respuesta, a continuación, se presenta un cuadro referente al desempeño portuario de algunos de los países del SICA.
Número de buques atendidos por país últimos 5 años | |||||
2017 | 2018 | 2019 | 2020 | 2021* | |
Guatemala | 3,224 | 3,288 | 3,298 | 3,097 | 1,457 |
El Salvador | 841 | 750 | 784 | 665 | 386 |
Honduras | 2,417 | 2,382 | 2,460 | 1,955 | 925 |
Nicaragua | 794 | 653 | 612 | 564 | 307 |
Costa Rica | 3,006 | 2,519 | 2,607 | 2,392 | 1,111 |
Panamá | 7,150 | 6,969 | 7,443 | 7,124 | 3,262 |
Fuente: elaboración propia con base en información estadística de Cocatram.
A través de dicho cuadro, se puede denotar la participación mayoritaria de algunos países en comparación a otros en materia de atención a buques. En el caso particular de El Salvador, desde la aprobación de la Ley General Marítimo Portuaria el 1 de noviembre de 2002 se creó la Autoridad Marítima Portuaria (AMP), instancia encargada de la supervisión, control y autorización de las diferentes actividades relacionadas al quehacer marítimo en El Salvador, así como de las diferentes actividades portuarias. Es de resaltar que desde su fundación la AMP se había caracterizado por ser una institución con una presencia limitada en el ejercicio de sus competencias.
Sin embargo, aún con las diferentes limitantes propias de las realidades de cada Estado se ha logrado generar una considerable base de datos de los buques, en todas sus diferentes categorías; así como el ejercicio de las competencias propias de la institución, tanto en el borde costero como en las aguas interiores y continentales de El Salvador. En consideración de la geografía propia del país, el desarrollo del sector marítimo y la zona marino costera es una prioridad. Ya que, bajo la perspectiva de un objetivo de desarrollo la visión del imaginario local debe transformarse de ser un enfoque costero – marino a una visión marino – costera. Podría parecer que el juego de palabras no posee mayor significado; sin embargo, esto implica un cambio paradigmático, del quehacer institucional aunado a una visión estratégica y una perspectiva de largo plazo.
De acuerdo a la nueva visión estratégica impulsada por la administración del presidente Nayib Bukele, y el Plan Cuscatlán[3] la franja costera es una prioridad, bajo una perspectiva de Desarrollo Nacional. Es así que se han impulsado importantes iniciativas como el programa Surf City, el cual busca generar las condiciones en diferentes zonas de la costa nacional para promover la inversión y el turismo; el proyecto del Tren del Pacífico, con el cual se crearán vías ágiles de comunicación para personas y mercancías, con miras a posteriormente unificarse con las vías férreas de Guatemala y Nicaragua, el Desarrollo de una nueva Terminal Marítima en el Puerto de Acajutla y finalmente el Aeropuerto del Pacífico, el cual se basa en la construcción de un nuevo aeropuerto en la zona oriental del país, con miras a posicionarse como un importante punto de conexión para vuelos internacionales.
Es en este contexto que la Autoridad Marítima de El Salvador ha alineado su planificación de trabajo hacia estas líneas generales de desarrollo, enfocándose tanto en la generación de una verdadera cultura marítima como en la regulación de las diferentes actividades de la zona marítima – costera. Como parte de estos esfuerzos se puede resaltar la ejecución de las siguientes actividades:
- Generación de una presencia activa en las aguas interiores y continentales del país
- Realización de jornadas de regularización de embarcaciones en toda la zona costera y aguas continentales
- Implementación del Sistema Fal65 para agilizar la llegada de los buques a los puertos
- Realización de visitas programadas y no programadas a los puertos conforme, el convenio PBIP.
- Fomento de la participación de la mujer en las diferentes actividades marítimas y portuarias.
- Promoción de la coordinación interinstitucional.
- entre otras.
Desde la fundación de la AMP hasta la fecha se han generado significativos avances, no obstante aún falta mucho camino por recorrer; es bajo esta premisa que la coordinación inter institucional e internacional, en este caso con la Comisión Portuaria Nacional de Guatemala, es fundamental, tomando en cuenta la considerable expertis y el “Know How” en materia de regulación y supervisión portuaria que esta institución posee, ejerciendo su rol desde el 10 de marzo de 1972.
En conclusión, si bien la institucionalidad regional es un apoyo significativo para el desarrollo del quehacer de las diferentes autoridades marítimas y portuarias del istmo centroamericano, la coordinación interinstitucional directa entre la autoridad de un país y otro es necesario en consideración de las similitudes que compartimos como centroamericanos. Hace 200 años se conquistó la independencia y hace un poco más de medio siglo que los países (ahora independientes) buscan unificarse nuevamente; son esas líneas de comunicación directa y la interacción societal las que al final lograrán una integración real, mucho más allá de una integración de tipo institucional.
De igual manera, la institucionalidad regional afín al quehacer marítimo y portuario debe actualizarse a las nuevas realidades y necesidades particulares de cada Estado centroamericano, con el fin de ser ese soporte regional que promueva tanto el proceso integracionista desde una nueva perspectiva, como el generador de las competencias para la atracción de buques, promoviendo el comercio marítimo desde un enfoque regional.
[1] Nombre oficial de la actual Ciudad de Guatemala.
[2] El impulso de dichos acuerdos de parte del entonces presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo buscaban generar las condiciones y los compromisos para una pacificación de la región centroamericana.
[3] El Plan Cuscatlán es el plan de gobierno de la actual administración, que establece las líneas generales de desarrollo para El Salvador en el corto, mediano y largo plazo.